Nuestra historia en la teleasistencia comenzó cuando nuestro fundador Henry dejó el centro de I+D de hogar inteligente de Schneider Electric y creó JOY Innovation. Su idea era sencilla: utilizar una ingeniería sólida y un diseño cuidadoso para crear productos que protejan silenciosamente a las personas y les aporten tranquilidad y alegría reales. Gracias a esta combinación de innovación y profundidad técnica, JOY Telecare fue seleccionada en 2009 por el Ministerio de Asuntos Sociales de China como una de las primeras empresas en participar en un proyecto piloto nacional de atención domiciliaria a personas mayores. Siempre hemos sabido que no se trata de un negocio de altos márgenes, pero encaja con nuestros valores: diseñar para las personas mayores y mejorar su vida diaria. Tras años de contacto directo y estudios de uso, nuestra convicción se ha reforzado:
la teleasistencia no es un juguete ni un producto de electrónica de consumo. Cuando se pulsa el botón de alarma, no hay “segunda oportunidad”: está en juego la vida, la seguridad y la dignidad.
Al mismo tiempo, el mercado suele confundir los dispositivos personales/SOS de bajo coste con sistemas profesionales de teleasistencia. Muchos dispositivos de bajo coste pero alto margen que se venden en Internet como “alarmas personales para mayores” son, en esencia, pequeños gadgets electrónicos y no soluciones completas de teleasistencia, aunque la idea superficial —pulsar un botón para pedir ayuda— parezca similar.
A lomos de la ola del envejecimiento global, algunos proveedores presentan estas alarmas personales/SOS de bajo coste como soluciones fáciles, pero siguen siendo gadgets y no verdaderos servicios de teleasistencia. Organismos de defensa del consumidor como CHOICE, en Australia, han llegado incluso a otorgar premios al “peor producto” a algunas de estas alarmas personales/SOS de bajo coste, recordándonos claramente que las funciones de seguridad vital nunca deben tratarse como un simple extra en un gadget barato.
A partir de la experiencia de Henry, a largo plazo el coste total de utilizar sistemas profesionales, estables y fiables suele ser mucho menor que depender de productos baratos y no profesionales.
Cuando un servicio crece hasta cientos o miles de usuarios, la mayor parte del gasto injustificado proviene de salidas de emergencia no planificadas, visitas in situ, tiempo dedicado a “fallos misteriosos” y muchos otros esfuerzos operativos.
Muchos operadores no prevén esto al principio y, más tarde, se ven obligados a amortizar sus inversiones en equipos problemáticos y volver a invertir en soluciones profesionales.
La teleasistencia también forma parte del bienestar social y de la atención comunitaria, y muchas personas mayores viven con ingresos modestos, especialmente cuando pagan de su bolsillo. Los presupuestos públicos también están sometidos a presión.
Por ello, para nosotros el rendimiento y la calidad no son negociables, pero al mismo tiempo trabajamos para mantener el coste global del sistema y los precios lo más razonables posible, de modo que más personas mayores puedan beneficiarse de verdad.
Por desgracia, algunos productos y sistemas del mercado se venden a precios aproximadamente 2–4 veces superiores (por dispositivo o por usuario y mes) a los de alternativas profesionales bien diseñadas. Esto eleva los costes operativos a largo plazo y reduce la cobertura: cuando los precios son demasiado altos, quienes más apoyo necesitan quedan fácilmente excluidos, y la teleasistencia se vuelve inasumible para muchas personas que podrían beneficiarse de ella.
Sobre esta base, JOY se mantiene fiel a unos principios claros y sencillos:
- Evitar dispositivos de gama baja e improvisados que pongan en riesgo la seguridad o se comporten como gadgets de corta duración;
- Diseñar y controlar nuestro propio hardware, firmware y plataformas, y fabricar en nuestra propia planta especializada bajo un sistema de calidad trazable, manteniendo tasas de fallo bajas y despliegues a gran escala estables y previsibles;
- Centrarnos en soluciones profesionales, fiables y razonables tanto en coste como en precio, para que más personas mayores y personas vulnerables reciban una protección que sea a la vez fiable y realmente asequible.